Un sábado en Santoña se puede convertir, sin dudarlo, en un día extraordinario. Comienza llegando a nuestra tienda a las 10 de la mañana para comprar las mejores #anchoas. Puedes dejarlas en nuestras neveras y venir después del mercadillo a por ellas. ¡Porque sí! lo siguiente que harás será visitar el mercadillo semanal de nuestra Villa, una cita que los sábado no se puede eludir y en el que encontrarás de todo: ropa de restos de tienda, fruta, legumbres, calzado, ropa de hogar…

 

Tras la vista al mercadillo y si todavía no conoces Santoña, puedes acercarte a la plaza de San Antonio a tomar un café. Esta plaza es el pulso de Santoña, siempre viva y abarratoda de gente que disfruta de sus calles y de su plaza. Para llegar a la plaza de San Antonio habrás pasado por el Palacio del Marqués de Manzanedo y el Insituto Marqués de Manzanedo.

Una vez tomado ese cafecito puedes acercarte al pasaje, en donde podrás ver el Fuerte de San Martín. Santoña cuenta con un rico patrimonio histórico, artístico y cultural que cuenta con una serie de fortificaciones militares, casonas y monumentos. La Villa es un claro ejemplo del rico patrimonio arquitectónico militar, representativo de la historia de Cantabria y de España con un gran número de fuertes, fiel reflejo del marcado carácter estratégico que acompañó la vida de los santoñeses entre los siglos XVI y XIX. (Fuente: Turismo de Santoña). Acabado este paseo te recordamos que te acerques de nuevo a nuestra tienda y recojas las anchoas que te estamos guardando. Luego, hecho el recado puedes ir a tomarte unos vinos al Zatón o a La Tienda de Toniuca, en donde podrás comer nuestras anchoas. La comida la dejamos a vuestra elección.

 

Después de comer, no te vamos a recomendar restaurantes porque la Villa cuenta con una buenísima oferta de restauración, puedes acercarte al mirador del Pasaje y desde allí ver vistas de nuestras Marismas y del puerto deportivo y pesquero.

Si todavía tienes ganas de quedarte un ratito más en Santoña, todavía puedes ir al cine en el Teatro Liceo Santoña, un espacio precioso recuperado y reformado con mimo.